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viernes, 5 de mayo de 2017

¿Dónde está el hospital que conocí?

¿Dónde está el hospital que conocí?

¿Cuál es tu opinión?

«Mi querido hospital… Qué tristeza me da ver tus pasillos sin ese antiguo aroma de camaradería, respeto y sapiencia de tu cálido personal. Hoy en tus espacios reina la desidia, el nepotismo, la carencia de principios y valores éticos en cada uno de tus “órganos”, ¡Dios, cuánta tristeza! Amigos todos, usuarios, comunidad de los Valles del Tuy,  ¡QUIÉN SEA!… mete tu mano para que de verdad nuestra casa vuelva a ser lo que antes fue: un centro de salud con profesionales éticos y ADECUADAMENTE FORMADOS. Por favor, ¡ya basta!, no debemos seguir siendo cómplices silentes del derrumbe de NUESTRA INSTITUCIÓN… porque es, ¡nuestra institución! Hoy todos los trabajadores que a través de los años hemos dado gran parte de nuestras vidas, y nuestros mejores años para que este centro continuara siendo el hospital de siempre y sentirnos orgullosos de pertenecer a él, vemos con el corazón entristecido y los ojos llorosos el profundo pozo de desidia e irrespeto EN EL QUE ESTÁ SUMERGIDO NUESTRO QUERIDO HGVT»
«¡Cuanta tristeza e impotencia! ¿Será la crisis tan profunda que ya nada pueda hacerse?…»
«Fuimos excelencia, ¡claro que lo fuimos!, así está reseñado y debidamente comprobado por todos los indicadores de salud de acuerdo a sus 4 servicios básicos de atención secundaria en estancia y ambulatoria de diversas especialidades, control de atención primaria con todos los requerimientos y un gran equipo de atención terciaria, con servicios y diagnósticos acordes para la época y para lo establecido por su capacidad, pero el gran ramo de guindas que lo adornaba era su equipo humano, trabajadores de primera calidad, desde la vigilancia en adelante. ¡Claro que si!, fuimos un equipo multidisciplinario, que lo daba todo por solo ver caras sonrientes de usuarios agradecidos… eso fue una realidad, hasta que gente confundida por dirigentes malucos hicieron de todo para destruirlo, porque según ellos lo estábamos haciendo mal y había que cambiarlo, bueno he allí el cambio, ¡el que tenga ojos que vea!…»
«Eramos una verdadera familia, había sentido de pertenencia, amábamos estos espacios. Con profesionalismo, y camaradería conformábamos un verdadero equipo de trabajo para el beneficio de los usuarios del hospital. ¡No se cuando se perdió esto!»

«Nuestra institución "aún camina", pero con un andar lento y cansado, de cosa vieja, ¡casi sin vida!, pero existe en cada uno de sus trabajadores la capacidad y el amor por su profesión, y con una buena organización y coordinación se puede acelerar ese lento caminar y recuperar la vieja estructura laboral que antes tenía...»
Mientras tanto, en medio de mi impotencia, espero para mi hospital tiempos mejores…




1 comentario:

  1. Cuánto extraño esa camaradería de años , hoy en día prevalece la competencia mala deshonesta deshonrosa, hoy no se da valor al conocimiento ni a la ética, se valora quien mejor mal ponga al compañero, pareciera un "" quítate tú, pa' poneme yo "" Ojalá algún día todas esas mala vibras se alejen y volvamos a ser u hospital de personal unidos y como una familia

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